domingo, 2 de agosto de 2009

La ciudad donde todos duermen




En la ciudad donde todos duermen...
si camino sin nada en la mente, puedo verlo.
Enterrado bajo la muchedumbre que avanza,
está mi tembloroso corazón....


Han sido días convulsos, extraños. Llenos de miedos y tensión...y por qué no decirlo, de llanto.
Parece que han quedado atrás, pero eso no significa que no hallan dejado huella. A veces ocurre que el descubrir la verdad no ayuda, que con ella sale a la luz algo más doloroso.

Ahora sé que no puedo estar sin esa persona. Ahora sé todo el infierno que se puede desatar con unas simples palabras...

Ahora sé quién es la persona que es para mí


Busco la llave
que siempre he estado buscando...
Estoy segura de que en algún lugar
estará la llave de esa puerta...

En la ciudad donde todos duermen...
si camino sin nada en la mente, puedo verlo.
Enterrado bajo la muchedumbre que avanza
está mi tembloroso corazón....


lunes, 27 de julio de 2009

La ciudad sin gente





Dentro de mí, sólo hay una persona.
Cuando esa persona sonríe, soy feliz.
Cuando estoy cerca de esa persona, soy feliz.
O sea que, soy feliz si esa persona es feliz…
Distinta de las demás personas…
Mi más preciada……
y especial…
La persona adecuada para mí...

viernes, 3 de julio de 2009

Seguimos la historia

Hakim ab-Kadar (apodado por su apellido "el poderoso") a sus cuarenta y tres años, era un noble influyente de clase alta que se dedicaba al comercio de telas. Gracias a su capital y linaje, y a que había regalado al jeque cerca de doscientos camellos y varias arcas con oro, había sido el pretendiente escogido para llevarse a la bella Zahira, "la flor del desierto". La contempló y sintió un placer indescriptible. Iba a ser suya, y para siempre. Le pertenecerían para siempre sus propiedades, parte de la herencia del jeque...y por supuesto, ese cuerpo dulce y cándido, ya que la belleza de la joven era innegable. Su cabello y pestañas eran más oscuros que la propia noche, su piel de apariencia suave y radiante, y sus ojos de un verde más intenso que la más luminosa esmeralda. No podía esperar para tenerla. Pese a que ya había estado casado antes, sin duda esta nueva esposa sería mucho más bella que la anterior, y además...era el premio más deseado por todos los hombres de la región. Sería el noble más envidiado. Sonrió.

Zahira seguía inmóvil, tan rígida como una estatua, pero con el corazón latiéndole con violencia. ¿Por qué, entre todos los pretendientes, tenía que casarse con Hakim ab- Kadar, "el poderoso"? Quería hablar, gritarle a su padre que nunca se casaría con aquel hombre, pero sabía que no podía hacerlo. Ella no podía elegir, y desde luego, no podía contradecir al jeque. La rabia y la impotencia que sentía debían quedarse dentro de ella. Aunque sabía que se encaminaba al infierno, no se le tenía permitido quejarse o intentar dar un paso atrás.

- Bueno, entonces no tengo nada más que decir- dijo su padre, mirando al noble- Te doy mi bendición y permiso para casarte con mi querida hija Zahira. Os casaréis en una semana.

Fue como si un martillo la hubiera golpeado en el pecho. El aire se escapó de sus pulmones y la visión del palacio se hizo borrosa. Su doncella personal evitó que se cayera al suelo, sujetándola compasivamente. Ahora sí que la habían matado en vida.


Los siete días siguientes pasaron demasiado rápido. Los preparativos eran muchos y en el palacio del jeque Abdel al-Jalil se respiraba un ambiente caótico. Decenas de sirvientes, cocineros, doncellas...iban de un lado para otro. Entre todo ese ajetreo, Zahira parecía muerta. Apenas comía y dormía, y el traje de novia había que arreglárselo casi cada día. Su doncella Reem (porque era pequeña y esbelta como una gacela) intentaba animarla y cuidarla.

- Seréis llamada "flor marchita" como sigáis así- solía decirle.

Pero Zahira seguía sin hambre. Se sentía extrañamente débil y sin fuerzas, y el día de la boda llegó con excesiva rapidez.

Todos los invitados a la boda, (y eran más de trescientos) coincidían en una cosa: Zahira no podía estar más hermosa. Su oscuro cabello negro había sido peinado docenas de veces con agua de rosas, y brillaba como un espejo al sol. Reem se lo había recogido con finas tiras blancas en una trenza gruesa, que le llegaba hasta la cintura, y se lo había adornado con pequeños alhelís y jazmines blancos. El velo era de fina gasa y parecía flotar sobre su joven rostro, que había sido realzado por sus negras pestañas y sus labios rojos. El vestido de novia era sencillo, blanco y con algunos detalles en plata. Lo cierto es que estaba preciosa. Sin embargo, sus ojos verdes mostraban la profunda tristeza que todos sus adornos intentaban ocultar. No era feliz el día de su boda.

Hakim la esperaba, ansioso. Como era tradición, no la había visto ni hablado con ella hasta el día de su boda. Pero en el momento en que se unieran, le pertenecería. Se mesó la barba, impaciente. La ceremonia estaba a punto de comenzar.

Zahira no recordó su propia boda, estaba completamente fuera de su cuerpo, y la realidad le parecía brumosa y lejana. Los latidos desbocados de su corazón se habían calmado, dando paso a una paz impenetrable. Estaba completamente segura de que jamás estaría con aquel hombre. Pondría fin a su vida si era necesario, pero moriría con su honor intacto. Aquel desconocido déspota, aquel noble que había envenenado a su anterior esposa para quedarse con todo el oro, aquel cobarde que mataba a gente inocente sólo por su pobreza...aquel hombre nunca la tocaría.

Cuando volvió en sí, se encontró a lomos de un magnífico corcel negro, con su marido detrás de ella, agarrando las riendas. Mirando hacia atrás, contempló por última vez su vida: su padre, sus hermanos, sus sirvientes...los veía despidiéndose de ella, deseándole un matrimonio largo y lleno de herederos. Sólo Reem, su fiel doncella, intuía la verdad y lloraba desde las puertas de palacio. Una solitaria lágrima recorrió su rostro. Sintió los áspero dedos de su marido, limpiándosela.

- Deja de llorar, ahora eres mi esposa, debes sentirte dichosa.

Asintió, muda. No tenía por qué explicarle nada. No tenía por qué desvelarle su repugnancia y odio. "El poderoso" acabaría dándose cuenta...porque Zahira no pensaba ver un nuevo amanecer.

jueves, 2 de julio de 2009

Otra tontería

Otro relatito improvisado.....


El calor la atrapaba como si de una red caliente y pegajosa se tratara. Parecía que no había oxígeno en el aire y que en cualquier momento podría caer al suelo, sin conocimiento. Una gota de sudor resbaló desde su nuca, trazando un sinuoso camino, que cualquier hombre hubiera deseado acariciar, por el interior de su liviano vestido. Tragó saliva al notar las miradas que estaban pendientes de ella, analizando cada movimiento, recorriendo su cuerpo de arriba a abajo. Ella miró durante un breve segundo a su padre, que se mostraba tan frío y sólido como un pedazo de hielo. Parecía que no le importaba en absoluto elegir qué desconocido tendría el honor de llevarse a su hija.

Ella volvió a notar las miradas de los hombres que la observaban en silencio, que esperaban impacientemente a que el jeque decidiera...sintió repugnancia ante la idea de casarse con un auténtico desconocido que ni siquiera la amaría. A sus dieciséis años, su futuro iba a quedar sentenciado para siempre. Abandonaría su amado desierto, a su padre, a sus hermanos...y sería llevada lejos, distanciada de todo cuanto había querido y conocido, para empezar una vida de indiferencia y dolor. Su propia vida.

Aunque no había sufrido la tradición de llevar burka o velo, se seguía sintiendo como un mero objeto en manos de los hombres. Ellos la habían manejado desde que nació (su propio padre, sus hermanos, sus tíos...), y su futuro marido se encargaría de ahora en adelante. Se sentía tan...impotente. ¿Por qué tenía que haber nacido mujer? ¿Por qué se la consideraba débil, manipulable? Tan sumida estaba en su sufrimiento, que no oyó lo que uno de sus pretendientes preguntó.

- Le aseguro, noble Hakim, que es una doncella pura y dócil, cándida y obediente.
- Sus palabras me producen una gran satisfacción- respondió el hombre, mirándola.
- Creo entonces, y dado vuestro interés y honorable linaje, que la elección ha sido tomada, por el bien de mi única hija.

Un escalofrío la recorrió entera. Lo que tanto había temido le había ocurrido. Ya no podría escapar de su destino, un destino que se acababa de unir con el del tal Hakim, quien la contemplaba con un deje de orgullo y lascivia. Él había ganado, y había conseguido justo lo que quería. El premio era ella.

lunes, 22 de junio de 2009



Un leve roce de tu mano ya hace a mi corazón suspirar. ¿Cómo no amarte?
Tu sonrisa me ilumina cuando me pierdo en la oscuridad. ¿Cómo no amarte?
Tu voz, tu aroma, tu mirada, tu cuerpo, los siento cuando no estás. ¿Cómo olvidarte?

Tan cerca, tan lejos…tu corazón late sin saber que el mío está sincronizado.

No me niegues tu aroma, deja que tu olor permanezca para siempre conmigo, quiero cerrar los ojos y ser capaz de imaginarte.

Silencio, extiéndete cubriéndolo todo, haz que el momento se repita, cuando tú fuiste el mudo testigo de mi amor por él, cuando le permitiste rozar mi corazón con una simple mirada.

Cuerpo, no me falles cuando lo veo; ojos, evitad ese brillo de emoción que prende mi mirada si él sonríe.

Boca, no digas nada cuando lo escucho sin interrumpirle, embebida en cada uno de sus gestos, deleitada con el placer que me proporciona oír su voz.

Corazón, no latas más, no permitas que él note que te aceleras sólo con mirarlo.

Me eres tan necesario como el aire o la sangre, imprescindible en mi vida y llenándola de felicidad...

¿Cómo no amarte?

lunes, 1 de junio de 2009

Inhumano

- Creéme, soy todo aquello que una mujer no busca...

Ella observó su sonrisa mágica, sus hechizantes ojos oscuros que parecían estar llenos de promesas. Ella vió cómo se daba la vuelta y se perdía entre la multitud. Intentó seguirlo...en vano. Él había desaparecido entre la gente, camuflado como uno más. Como si fuera tan sólo un humano más.

Lágrimas de impotencia acudieron a sus ojos, cayendo por su rostro, suaves como las gotas de agua que empezaban a caer del cielo. Irónico. Del cielo.

Y el demonio al que amaba se había ido para siempre. Se lo advirtió, claro que sí. Le dijo entre sonrisas que no pertenecía a este mundo, que no podría quedarse con ella. Pero ella no le escuchó, no quiso hacerlo. Se había enamorado, y ni todas las razones más lógicas del mundo podrían haberle hecho odiar o dejar de amar...

En un último acto de rabia y desesperación, gritó en la lluvia.

- ¡Eres cruel, eres mezquino abandonándome. Eres, eres...inhumano!

Una voz suave y profunda que sólo ella pudo oir en su oído, le contestó susurrando. Sus palabras parecían fluir a través de una sonrisa amarga.

- No hay nadie más inhumano que el humano...




[Relato muy corto, improvisado en 3 minutos....sí, me aburro xDDD No le busquéis sentido porque no lo tiene, es sólo algo que se me ha ocurrido de repente =P]

jueves, 30 de abril de 2009

Y no importa nada más...


So close no matter how far
Couldn't be much more from the heart
Forever trusting who we are
And nothing else matters...

Never opened myself this way
Life is ours, we live it our way
All these words I dont just say
And nothing else matters...

Trust I seek and I find in you
Every day for us something new
Open mind for a different view
And nothing else matters...

Never cared for what they do
Never cared for what they know
But I know

So close no matter how far
Couldnt be much more from the heart
Forever trusting who we are
And nothing else matters...

Never cared for what they do
Never cared for what they know
But I know

Never opened myself this way
Life is ours, we live it our way
All these words I dont just say
And nothing else matters...

Trust I seek and I find in you
Every day for us something new
Open mind for a different view
And nothing else matters...

Never cared for what they say
Never cared for games they play
Never cared for what they do
Never cared for what they know
And I know

So close no matter how far
Couldnt be much more from the heart
Forever trusting who we are
No nothing else matters....