jueves, 2 de julio de 2009

Otra tontería

Otro relatito improvisado.....


El calor la atrapaba como si de una red caliente y pegajosa se tratara. Parecía que no había oxígeno en el aire y que en cualquier momento podría caer al suelo, sin conocimiento. Una gota de sudor resbaló desde su nuca, trazando un sinuoso camino, que cualquier hombre hubiera deseado acariciar, por el interior de su liviano vestido. Tragó saliva al notar las miradas que estaban pendientes de ella, analizando cada movimiento, recorriendo su cuerpo de arriba a abajo. Ella miró durante un breve segundo a su padre, que se mostraba tan frío y sólido como un pedazo de hielo. Parecía que no le importaba en absoluto elegir qué desconocido tendría el honor de llevarse a su hija.

Ella volvió a notar las miradas de los hombres que la observaban en silencio, que esperaban impacientemente a que el jeque decidiera...sintió repugnancia ante la idea de casarse con un auténtico desconocido que ni siquiera la amaría. A sus dieciséis años, su futuro iba a quedar sentenciado para siempre. Abandonaría su amado desierto, a su padre, a sus hermanos...y sería llevada lejos, distanciada de todo cuanto había querido y conocido, para empezar una vida de indiferencia y dolor. Su propia vida.

Aunque no había sufrido la tradición de llevar burka o velo, se seguía sintiendo como un mero objeto en manos de los hombres. Ellos la habían manejado desde que nació (su propio padre, sus hermanos, sus tíos...), y su futuro marido se encargaría de ahora en adelante. Se sentía tan...impotente. ¿Por qué tenía que haber nacido mujer? ¿Por qué se la consideraba débil, manipulable? Tan sumida estaba en su sufrimiento, que no oyó lo que uno de sus pretendientes preguntó.

- Le aseguro, noble Hakim, que es una doncella pura y dócil, cándida y obediente.
- Sus palabras me producen una gran satisfacción- respondió el hombre, mirándola.
- Creo entonces, y dado vuestro interés y honorable linaje, que la elección ha sido tomada, por el bien de mi única hija.

Un escalofrío la recorrió entera. Lo que tanto había temido le había ocurrido. Ya no podría escapar de su destino, un destino que se acababa de unir con el del tal Hakim, quien la contemplaba con un deje de orgullo y lascivia. Él había ganado, y había conseguido justo lo que quería. El premio era ella.

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