lunes, 9 de agosto de 2010


Tengo sueño. Muuuucho sueño. Y todo el día.


Las pastillas que estoy tomando me dejan atontada, cansada, como si el cuerpo me pesara como el plomo. Lo bueno es que sólo serán unos cuantos días, pero mientras tanto lo único que me apetece es dormir. Bueno, o tirarme en un sofá y quedarme sin pulso, relajada, sin apenas pensar.


Encima, se supone que tengo que estudiar (y estudiar muy en serio), pero la verdad es que no puedo. Las pastillas advierten de no realizar ninguna acción que requiera un nivel de alerta, y estudiar Evalución del Impacto Ambiental (EvIA) es precisamente algo para lo que necesito el cerebro al 100%. Así que no tengo fuerzas de estudiar, y los días van pasando aterradoramente rápido...

Tengo que aprobar sí o sí EvIA y Economía. Pero como siempre, veo que me puede la ociosidad, la vagancia y mi propio cuerpo, y que pasan y pasan los días, vuelan y vuelan las horas...


Qué agobio. Ya quedan unas pocas semanas de vacaciones, y hay mucho que hacer. Puf. Sí, definitivamente qué agobio.