Soy el hijo de la Furia y el Amor,
el Jesús de los Suburbios
de la Biblia de ninguno de los que están arriba,
con una firme dieta de Soda-pop y Ritalin.
Nadie ha muerto por mis pecados en el infierno,
tan lejos como puedo contar,
excepto con los que salí por ahí...
Y no hay nada malo en mí,
así es como se supone que debo ser,
en una tierra que hace creer,
y que no cree en mí.
Mantengo mi televisión fija,
sentado en mi crucifijo.
En la sala de estar en mi útero privado,
mientras las mamis y los Brads se van...
Enamorarse y endeudarse,
alcohol y cigarrillos, y marihuana
para mantenerme demente
y preparándole la cocaína a cualquiera...
Y no hay nada malo en mí,
así es como se supone que debo ser,
en una tierra que hace creer
y que no cree en mí...