- Creéme, soy todo aquello que una mujer no busca...
Ella observó su sonrisa mágica, sus hechizantes ojos oscuros que parecían estar llenos de promesas. Ella vió cómo se daba la vuelta y se perdía entre la multitud. Intentó seguirlo...en vano. Él había desaparecido entre la gente, camuflado como uno más. Como si fuera tan sólo un humano más.
Lágrimas de impotencia acudieron a sus ojos, cayendo por su rostro, suaves como las gotas de agua que empezaban a caer del cielo. Irónico. Del cielo.
Y el demonio al que amaba se había ido para siempre. Se lo advirtió, claro que sí. Le dijo entre sonrisas que no pertenecía a este mundo, que no podría quedarse con ella. Pero ella no le escuchó, no quiso hacerlo. Se había enamorado, y ni todas las razones más lógicas del mundo podrían haberle hecho odiar o dejar de amar...
En un último acto de rabia y desesperación, gritó en la lluvia.
- ¡Eres cruel, eres mezquino abandonándome. Eres, eres...inhumano!
Una voz suave y profunda que sólo ella pudo oir en su oído, le contestó susurrando. Sus palabras parecían fluir a través de una sonrisa amarga.
- No hay nadie más inhumano que el humano...
[Relato muy corto, improvisado en 3 minutos....sí, me aburro xDDD No le busquéis sentido porque no lo tiene, es sólo algo que se me ha ocurrido de repente =P]
lunes, 1 de junio de 2009
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